lunes, 20 de abril de 2015

Desconcierto en Austria


Despertamos en Pavia, con un día de lluvia torrencial. El buen sabor de boca de anoche nos hace coger la carretera con ganas.

Ponemos rumbo a Klagenfurt (Austria), donde pensamos que todo va a ir cojonudamente, y más teniendo en cuenta que los países del centro/norte europeo son los que mejor resultado suelen dar a las bandas.

Tras pegarnos un buen viaje de 500 kilómetros, pagar pegatinita (a lo largo de la gira habrá que pagar impuestos al llegar a las diferentes fronteras) y echarnos unas risas con nuestros nuevos acentos italianos, llegamos a una ciudad fría, sin gente por las calles y con una sala que, al menos por fuera, parecía una vivienda más.

Tras localizar la sala, primera anécdota del día: dos vueltas de manzana para buscar aparcamiento, tras lo cuál decidimos meterlo en una especie de parking que había junto a la sala (que tenía barrera, pero se abrió por sensor, al poner la furgoneta frente a esta)... Vemos que no hay manera de pasar del parking a la sala con los trastos y decidimos salir... La decisión fue rápida, pero lograrlo... Las barreras no se subían y estuvimos unos 15 minutos dando vueltas hasta que ya logramos cruzarnos con el seguridad de allí y nos abrió. Parecíamos Paco Martínez Soria y cia.

Logramos pasar la odisea parkingtil y nos introducimos en la sala. Una vez más, ACOJONANTE. Es increíble lo que hay en Europa a nivel de salas. Lo dije en la entrada anterior y lo reitero y reiteraré en cada una de las entradas. Además, en la sala, tras la prueba de sonido, nos encontramos con una cena de reyes en el camerino... ainss...

Pero al igual que las salas siguen siendo increíbles, llegamos sin conocer condiciones, si tocarán solos, donde dormiremos... Esto está siendo bastante tenso, las "hojas de ruta" (dirección de la sala y YA) llegan por la mañana, al despertarnos. En Austria no sabemos donde dormimos hasta que acaba el bolo, no sabían que tocaban solos y no sabían que el 50% de la recaudación se lo llevaba la sala...

Al final de la noche, 100€ aprox. entre dos. Palmada de pasta de la ostia. Nick (Prog Sphere) es el empresario del año. Aparte de su trabajo de mierda, nadie tiene su teléfono (ni tan siquiera los dueños de las salas) Bolo tras bolo siempre hay algo que sale mal, un puñetazo en el estómago que nos hace plantearnos a On Fire, tener que pensar, antes de lo que creíamos, en dar el salto a Europa.

Al menos, "Pepe" (el dueño de la sala) nos lleva a una casa de montaña, preciosa, en la que nos espera unas camas y un calorcito cojonudo, y que tras despertar nos acoge un desayuno al nivel de la cena en la sala. Un placer haber tenido esa respuesta por parte de la sala, y más con la bajona que llevábamos encima.



A nivel underground, nada ha cambiado... Las bandas emergentes siempre serán y seremos el pastel que se reparten las mafias y chupópteros de la música.

Un bolo más, un sonido de la ostia, pero un público mínimo, y una organización de mierda...

Pronto el "éxito" en Bosnia y el ostión en Serbia...

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