GERMANY.
El “sueño” europeo. (Segunda parte. La Peor)
Erfurt.
Grabación del directo.
Amanecemos en Múnich, y como bien nos había prometido Matías,
nos encontramos con un desayuno espectacular. Había de todo: bollos, tostadas,
embutido de todo tipo, zumo, café… Lo que viene siendo un buffet libre de
hotel.
Nos dio hasta pena despedirnos de él. Lo hicimos con un
abrazo, y hasta con él nos demostró que era un tipo increíble. Como le dije
Aleix “encima nos abraza con amor”. Si lees esto Matías, infinitas gracias por
tu acogida.
Volvemos a la realidad, hoy es lunes… muy mal día para tocar
en un país del primer mundo, y lo hacemos en uno de poquísimos habitantes. Por
mucha Alemania que fuese, teníamos el miedo (y el frío que empezaba a hacer) en
el cuerpo. Además tocábamos solos.
Llegamos entre lluvia y viento. Y para variar, comemos en un
kebab. Después uso multitudinario de aseo en una tienda de muebles
y compra de comida en un supermercado hiper barato que había junto a la sala
(como el resto de las cosas)
Nos toca esperar un poco en la furgoneta, hasta que nos abren
y se nos hace el culo agua. Lo que fuera parecía un bareto cutre, albergaba
dentro una sala increíble. Conforme la vimos dijimos “esto hay que grabarlo”.
Nos costó bastante lograr un sonido de calidad (por mucha apariencia que
tuviera) pero es que visualmente era increíble aquello.
Volviendo a hablar del carácter alemán… salvando al bueno de
Matías, sigo pensando que no me gusta en absoluto. Para empezar, en la sala, no
nos querían dar la clave de la wifi (como si se la fuésemos a robar), no
hablaban con nosotros, nos hicieron de cenar allí mismo (un par de sándwich por
cabeza con huevos fritos, jamón ahumado, confitura de pimiento rojo…) pero ni
siquiera nos dijeron “aquí tenéis chicos”. Dejaron la cena en la mesa y nos
sentamos al verla puesta.
Llega la hora de apertura de puertas y comienza a entrar algo
de gente. Más que en otras fechas pero muy por debajo de lo vivido los dos
últimos días en Markneukirchen y Múnich. Como decía antes, lunes y ciudad
pequeña. Tampoco era de extrañar (aunque algo hubiese mejorado si algún cartel
se hubiera puesto por la ciudad). Aun así, con el público suficiente para disfrutar
de la sala, nos disponemos a grabar la actuación. Colocamos fijamente el iphone
6 de Javi delante de la mesa (en el centro, más o menos, de la sala) y yo a
grabar primeros planos con mi lumia.
Un bolo sin pena ni gloria, de los que te ayudan a seguir
adelante, pero que tampoco te terminan de dejar el buen sabor de boca. Qué fácil
es acostumbrarse a lo bueno.
Wuppertal.
La peor organización de todas.
Anoche dormimos en la propia sala de Erfurt (From Hell), que
tenía en la zona superior unas habitaciones con camas bastante cómodas. Nos
dividimos en dos habitaciones y tras pasar un frío del copón, al despertar,
recogemos y vamos al hall de la sala. Allí, un desayuno increíble de nuevo.
Creo que me voy a hacer adicto a los bollos glaseados rellenos de confitura de
fresa.
Como en tantos otros bolos (en el de esta noche también) el
dueño de la sala nos dice que flipa con la música de Ciconia, y que de haber
organizado todo mucho mejor, hubiésemos tenido una afluencia espectacular. La historia
del pan nuestro de cada día.
Sin tiempo para estar moneando, nos dirigimos a Wuppertal,
última fecha en Alemania, puesto que se modificó la fecha de Essen de mañana,
por Maastricht. Tocábamos en la sala Underground, que no nos costó nada
encontrar. Esta noche seríamos Ciconia + 3 bandas locales. Mejor dicho “bandas
locales” puesto ninguna de las bandas lo era en verdad.
Lo más característico de la ciudad es que el “metro” era
aéreo (colgado por arriba, por unos andamios enormes por toda la ciudad) Las
estaciones parecían paradas futuristas, a modo de naves espaciales. La verdad,
que parecía que habíamos dado un salto temporal de película. Muy bonita la
ciudad, al menos lo que vimos (el casco antiguo).
La sala estaba junto a un teatro y un centro comercial con
cines, a 10 minutos andando del centro.
Aparte de que no había ninguna banda local en el cartel (con
lo que sabemos todos lo que supone eso), volvemos a quedarnos sin cena, una vez
más, y decidimos ir a otro Burguer para cenar algo caliente (pues hacía un frio
del copón) y pillar wifi una vez más. Hoy Jorge ya ha explotado y ha mandado a
tomar por culo a Nick… veremos lo que nos depara las últimas cuatro fechas.
Aun así, como siempre, profesionales todo el tour, montamos,
nos curramos el sonido (casi dos horas) y ayudamos a los teloneros en lo que
hiciese falta. Al principio me quedo yo de regidor (pues los horarios iban
justos y ya empezaban a haber retrasos importantes) hasta que recuperamos
tiempo y pueden continuar los últimos dos conciertos sin problemas. Ciconia
tocó último.
La asistencia, la peor del paso por Alemania. Pero estaba
bastante claro. ¿He dicho ya que no había ninguna banda local? A eso hay que
añadir la monserga de todos los días: cero carteles, cero promoción, “sois la
ostia chicos, ¿por qué estáis con ese tío (Nick)?”, esto con tiempo hubiese
funcionado mucho mejor, ¿por qué no tocáis con banda local?... y un largo
etcétera que nos lleva a la conclusión de siempre y a los quebraderos de cabeza
de todas las noches. Hoy descubrimos que, aparte de Nick ser serbio y vivir en
Turquía, tiene dada de alta Prog Sphere en Suecia… Un combazo del timo.
Menos mal que la fuerza de llamamiento y el apoyo de las
bandas que están tocando con nosotros en las distintas ciudades, consiguen
mover el concierto, a veces dejándonos flipados con algunas fechas.
Hoy nos dan una dirección y un teléfono al que llamar cuándo
lleguemos, para dormir… a 80 km. de la sala. Conduzco yo y al llegar las vemos
bastante putas para encontrar el lugar. Llamamos, logramos localizarlo y
descubrimos que es una especie de locales, recinto festivalero, casas okupas…
Todo muy raro. Hacía un frío que ni en Siberia, y teníamos que dormir en el
suelo… Cenamos de nuevo, unas salchichas que habían comprado para nosotros, y
nos tomamos la última antes de morir congelados.
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