miércoles, 29 de abril de 2015

ALEMANIA. El “sueño” europeo. (Primera parte. La Mejor)


ALEMANIA. El “sueño” europeo. (Primera parte. La Mejor)

Estamos dirigiéndonos a Maastricht (Holanda), tras haber pasado una noche más, tirados donde nos acogieran. Pero no todo empezó así.

Markneukirchen. Warwick Music Hall

Nos despertamos en Kromeriz, con la espalda tan ricamente (como comenté en el anterior post) Cogemos carretera por décimo tercer día consecutivo. La verdad es que se empieza a notar el cansancio exponencial de una gira de estas características, ya no dormimos apenas (el cansancio y el dolor de cuerpo no dejan conciliar el sueño), se conduce con más silencio, y se descarga, monta, y carga con mucho menos ímpetu.

Markneukirchen es una de esas ciudades alemanas que se encuentran en medio de una sierra, y para entrar o salir de la ciudad, te toca tragarte un buen tramo de curvas, cuestas y vistas modo: “al filo de lo imposible”. Warwick, para quién no lo conozca, es una fábrica de guitarras y bajos (que últimamente también están trabajando amplificadores) famosa en todo el mundo. Markneukirchen además, es una ciudad de lutieres de fama mundial. Estábamos deseando llegar y ver el ambiente que se respiraba en la ciudad.


Como la gran mayoría de ciudades, al llegar buscamos donde comer, pero parece jodidamente imposible hacerlo en un establecimiento que no sea kebab. Tras mucho andar, no queda más remedio que comernos uno (así de gordo me estoy poniendo) Tras el kebab y el posterior café en una pastelería cercana a dónde habíamos aparcado la furgoneta, vamos a la sala.

No hay nada como llegar a la sala, y te digan: “ahí tenéis todo ese backline, utilizar el que deseéis” Sin contar que había una estantería brutal llena de guitarras, bajos, sintetizadores… para utilizar sin problema alguno. Sencillamente un pasote. A eso le añades que te dice el manager de la sala “podéis ir al hotel a por las llaves de las habitaciones para instalaros ya” después de estar 3 días sin poder ducharnos, y solo quieres ponerte a llorar de emoción.

Mientras los chicos se disponen a montar el escenario a su gusto, Antonia (prima de Jorge, que viene como chica del merchandising) y yo nos vamos al hotel, que está a 15 minutos de la ciudad, para hacer el check-in y aprovechar para pegarme una ducha del “copón”. Me supo a gloria.

Las habitaciones eran de infarto, super cuidadas y como ya he dicho, después de varias noches durmiendo en suelos de piso con bastante mierda alrededor, eran un sueño.
 

Volvemos a la sala, todo dispuesto. Esta noche tocamos con una banda alemana metalera, con voz de chico gutural y voz de chica limpia. La banda era bastante sosa, y el carácter alemán nativo no me terminó de convencer. Esta noche comenzó el show Ciconia.

Y llega el momentazo de la noche. Estamos hablando macarradas en castellano y de repente oímos que dice la camarera de la sala (que acababa de llegar) “¡¡¡españoles!!!” Que ilusión nos hizo a todos. La chica nos dijo aparte de ser casi paisana mía (era de Guadalajara) que éramos la primera banda española en pisar ese escenario, al menos desde septiembre, que era el tiempo que llevaba allí.


Todo esto eran buenas señales, sin lugar a duda, y se materializaron en un éxito espectacular. La sala a reventar y con una venta de merchandising apoteósica. El sueño alemán del que tanto hablaba Jorge, parecía ser realidad.

Luego cerveceo con la guadalajareña y con el técnico de sonido de la sala (un polaco hiper gracioso) antes de irnos a dormir al hotelazo.

Sin lugar a duda, cuándo las cosas salen así de bien, es una gozada ser músico.
 
 

Múnich. Jorge Técnico Rules. Garage Rock Club

Sin lugar a duda era la fecha más esperada de la gira. La ciudad más grande de Alemania (dentro de nuestro tour) y con la experiencia de anoche en Markneukirchen. Teníamos todos ganas de volver a petarlo, y más aún en esa ciudad.

Llegamos a la sala y vuelven los fantasmas de Prog Sphere… El equipo de la sala hecho polvo, y ya no solo eso, sino que además, sin montar. Las bandas teloneras (esta noche tocábamos con dos bandas más) no iban a tener técnico y el escenario era imposible de ocupar con tanto backline.


Con nosotros, ha viajado Jorge Casasús, un técnico de sonido espectacular (que ha sonorizado a gente como Jarabe de Palo, Rosana…) y que por lo que llevamos vivido (está siendo mi acompañante de cama habitual, jajaja) un tío la mar de cojonudo. Durante toda la gira, toque donde toque Ciconia, está sacando un sonido brutal. Hoy, en Munich se echó a los hombros toda la responsabilidad e hizo de técnico de todos los bolos, y se puso (y yo junto a él) a cablear monitores, comprobar envíos, intentar arreglar la P.A. de alguna manera para que este bolo tan importante se pudiese realizar.
 
 

Lo logró. Se pegó la paliza del siglo, pero lo logró. Sin lugar a duda lo de hoy me ha hecho ver que tenemos en la furgoneta al mejor técnico de sonido que podríamos tener. Como dice Aleix: “equipazo”.

Pero antes de todo ello, un poco de lo de siempre: búsqueda de wifi (hasta que legamos al camerino de la sala), trabajo con el pc aprovechando que el wifi estaba yendo bien, ir a por cervezas y algo de cenar ya que la sala no nos cedía ni bebidas ni cena (otra cagada más del anormal de Nick) Y aquí viene la gran sorpresa… salgo de comprar 21 hamburguesas de 1€ del Burguer y me cruzo con Mónica (y una amiga). Mónica es una amiga de Aleix (y de la banda) de Valladolid, que había venido a darles una sorpresa a Munich aprovechando que una amiga suya había dado a luz, y así mataba dos pájaros de un tiro. Yo me quedé muerto al verla, pero deberíais ver la cara de Aleix, cuándo volvemos a la sala y le digo que “por favor, ven y abre la puerta lateral de la furgoneta, que no sé qué le pasa, pero no puedo abrirla yo” y al abrirla ve a Mónica y Margarita en la furgoneta…

Se suceden los conciertos y, cuándo sube Ciconia, la sala tiene la mayoría del aforo cubierto. Tema a tema vuelvo a sentir esa comunión que sentí en Kromeriz entre el público y banda. Antonia vuelve a pasarlas putas con tanta venta de merchandising (así da gusto) y una noche más cumplida de cara a la consolidación de Ciconia en Europa.
 
 

Lo de después, pues la juerga más bizarra de la que he sido partícipe. Dormimos todos en casa de un guitarra local (Matías, de Etox) y en cuánto soltamos los sacos de dormir sobre unas camas que teníamos preparadas, nos vamos en busca de cervezaca alemana. Ahora viene lo bizarro… terminamos (porque no había nada más abierto, un domingo a las 00.30, en Múnich) en un bar en el que solo hay viejetes y viejetas bailando y ligando unos con otros. La media  del garito, antes de entrar nosotros, estaría en los 70 años de edad.

Escuchamos temazos “disco”, sentados con una pinta de cerveza cada uno (cada uno de un sabor diferente) Aleix, Jorge Técnico, Jorge Ciconia, Luis, Monica, Margarita y yo, junto a Matías y un colega suyo. Nos tomamos tres rondas, porque no nos dejaron pagar antes ninguna, y el momento climax fue cuando pusieron “Entre dos tierras” de Heroes del Silencio y nos dejamos la voz todos cantándola. Es increíble lo españoles que somos fuera de España.

Salimos a las 02.30 del garito, y nos vamos a dormir, que ya toca.

Al día siguiente, nos esperaría un desayuno de reyes, pues Matías nos dijo, antes de dormir, que nos haría un buen desayuno para compensar lo mal que estaba trabajando Nick con Ciconia. Como solemos decir, el karma.

 

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